Hacer a tu hijo consciente de la importancia de su cuerpo, puede ayudar a prevenir diversos tipos de violencia. Descubre cómo ayudarlo.
Para una sana convivencia y un crecimiento y desarrollo feliz, es muy importante el respeto hacia los demás, y sobre todo, el respeto hacia uno mismo. Como papás, tenemos el importante deber de darle a nuestros hijos herramientas que los ayuden a respetar a otros y respetarse a sí mismos. Aprender a respetar su cuerpo, es una base para prevenir la violencia física, mental y sexual.
Por ello, hacerlos conscientes de las diferentes partes de su cuerpo y los cuidados que requiere, es vital para que aprenda a cuidarse y darse a respetar. Sigue estas 5 pautas que lo ayudarán a evitar diferentes tipos de violencia hacia su persona:
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Enséñale a tu hijo a respetar su cuerpo
Reconoce las partes de tu cuerpo: en primer lugar, cada parte del cuerpo tiene una función distinta: por ejemplo, las manos son para hacer manualidades y saludar a otros. Los pies son para caminar y equilibrarnos. Y también hay otras partes que sólo son nuestras, que nadie puede ver ni tocar. Puedes valerte de un libro apto para su edad para explicarle las diferencias de las partes de su cuerpo.
Independencia en la higiene y el autocuidado: conforme los niños crecen, se valen por sí mismos. Es decir, tienen un aprendizaje progresivo sobre los cuidados de su propio ser. Por eso, es muy importante que poco a poco vaya aseándose solito y no dependa tanto de ti, así podrá valerse en cualquier circunstancia de él mismo.
Conciencia de lo íntimo y lo privado: enséñale que hay acciones sobre nuestro cuerpo que son privadas, lo cual le enseñará el sentido de la intimidad. Estas acciones, en general, son individuales. Para ello, es muy importante tu ejemplo: si tu hijo está usando el baño, toca para avisarle que vas a pasar. Con este tipo de acciones, le enseñarás a respetar la intimidad y el espacio de otros, y también le mostrarás que él también goza de ese respeto.
Diferenciar sensaciones agradables y desagradables: con pequeñas acciones puedes mostrarle a tu hijo qué es agradable y qué es desagradable: por ejemplo, si prueba un helado de su sabor favorito, es agradable; pero si se rasguña o se raspa al jugar, provoca una sensación de desagrado. Así es también con las personas: si él se siente agredido, no hay razón por la cual tenga que soportar esa situación.
Aprender a decir NO: los niños pueden sentirse confundidos debido a que les enseñamos a obedecer. Sin embargo, también es importante enseñarle las circunstancias en que puede negarse. Esto significa que su cuerpo les pertenece, y que no están obligados a recibir muestras de cariño, ni tampoco a demostrarlas. Si un niño siente que puede decir “no” a cualquier persona, es más probable que pueda enfrentar una situación abusiva.
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