El uso del celular en niños y adolescentes puede ser nocivo para su salud si lo utilizan de manera excesiva.
Tener un celular es muy común hoy en día, y es rara la persona que no tenga uno de estos aparatos. De hecho, cada vez es más temprana la edad en que una persona adquiere un dispositivo móvil: aunque son aparatos, cuyo uso se sugiere, hasta la mayoría de edad, hay niños que dominan su uso desde los 3 años.
Aunque los celulares y otros dispositivos móviles son de gran utilidad en la vida diaria y pueden ser herramientas valiosas para desarrollar otras habilidades, es importante estar conscientes de la otra cara de la moneda; es decir, de los problemas de salud que pueden aparecer debido a su uso incorrecto, especialmente si se trata de exposiciones prolongadas a estos.
¿Cuál es el impacto negativo del uso del celular en niños y adolescentes?
De acuerdo a la investigación del Dr. Alfredo Cerisola, Médico especialista en Neuropediatría de la UDELAR, niños de la primera infancia (de los 0 a los 5 años) cada día están creciendo más saturados con una variedad de tecnologías, convirtiéndolos en “nativos digitales”; es decir, nacidos en un ecosistema digital que cambia de manera constante y en el cual predominan los dispositivos móviles.
La gran mayoría, los utiliza con fines de entretenimiento (y no educativo o de estimulación cognitiva).
De este modo, tanto en la infancia como en la adolescencia se han ido manifestando experiencias que influyen de manera profunda en el desarrollo emocional y afectivo, relacional, social, físico y psíquico del niño y el adolescente.
La Academia de Ciencias de Francia considera que estas tecnologías pueden ser tanto positivas como negativas: pueden ser un apoyo en la estimulación de la inteligencia y de la socialización, pero también trastornos del sueño, dependencia (adicción) , y el olvido de la vida de relación y la ilusión.
Es importante entender que estos medios tecnológicos son herramientas o instrumentos, y su impacto positivo o negativo dependerá de cómo son utilizados. Esto quiere decir que, por sí mismos, los miedos tecnológicos no son ni buenos ni malos para el neurodesarrollo infantil, además de la edad en que los niños se expongan a estos:
Niños menores de 3 años: la exposición a pantallas electrónicas se han asociado a un menor desarrollo cognitivo y del lenguaje después del primer año de edad, además de retrasos en habilidades sociales y emocionales.
Niños de pre-escolar: tienen mayores riesgos de presentar retraso cognitivo, del lenguaje y del desarrollo motor. Las características de la exposición se han relacionado con problemas de desarrollo de funciones ejecutivas como la atención, la resolución de problemas y el comportamiento impulsivo.
Niños en etapa escolar (primaria): falta de responsabilidad con sus tareas, poco control de los impulsos, baja regulación emocional, y falta de pensamiento creativo y flexible.
Adolescentes: “zapping” (pensamiento demasiado rápido superficial y excesivamente fluido), empobrecimiento de memoria, somnolencia, dificultades de concentración y descenso de resultados escolares.
Es importante que, tanto padres de familia como autoridades escolares estemos al pendiente del uso que los niños y adolescentes den al celular para evitar estas complicaciones, sea cual sea la etapa en que se encuentren los menores de edad. Una forma de controlar su uso es dejando claras las reglas y los tiempos en que estos dispositivos se deben utilizar.
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